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CUENTOS INFANTILES
CUENTO EL ANCIANO Y LA FLAUTA (por Manuel Ibarra)
Esta historia sucedió hace muchos años, en los remotos pueblos de Venezuela, la mayoría de los cuales tenían caminos de tierra y no contaban con luz eléctrica. Razón por la cual las personas tenían por diversión reunirse en horas de la tarde en la plaza del pueblo a conversar y contar chistes, cuando ya comenzaba a caer la noche, niños y adultos se retiraban a sus casas a dormir temprano y solo quedaban en los bancos de madera alguna pareja de enamorados o algún parroquiano tomándose un trago de licor.
Una soleada tarde llego a la plaza principal del pueblo de Portachuelo un anciano, se le veía cansado y traía en su hombro un saco, el cual dejo caer sobre el banco de madera, los habitantes lo miraban con recelo, entonces el anciano muy sonriente metió la mano en el bolsillo de su pantalón y saco una pequeña flauta con la cual comenzó a entonar bellas melodías, muchas personas se fueron acercando atraídas por las alegres canciones. Transcurridos unos minutos, el anciano dejo de tocar el instrumento y tomando el saco entre sus manos se levanto del banco de madera y sonriendo se dirigió a la calle principal del pueblo, algunas personas intrigadas por su presencia lo siguieron, el anciano se detuvo frente a la puerta de la casa de la familia Agrinzones quienes eran muy famosos en el pueblo por buscapleitos y tomadores de licor, en especial el niño Carlito quien con apenas nueve años de edad ya era muy conocido en el colegio por las peleas con sus compañeros de clase a tal punto que la Directora había decidido expulsarlo del salón hasta el próximo año escolar.
Bueno les cuento que el anciano toco varias veces la puerta de madera y nadie salio a su encuentro, estaba a punto de marcharse cuando escucho una voz que le decía:
- ¡ Hola anciano que se te ofrece, a quien buscas¡. El anciano respondió:
- ¡Busco a Carlitos Agrinzones¡. Entonces el niño le dijo:
- ¡ Bueno ese soy yo, que se te ofrece, para que soy bueno¡. Sin responder y con una gran sonrisa dibujada en su rostro, el anciano saco la flauta y comenzó a entonar bellas melodías mientras Carlito lo observaba con la boca abierta. Pasados unos largos minutos el anciano dejo de tocar el pequeño instrumento y metiendo la mano en el saco extrajo una cinta de color azul, la cual coloco sobre la cabeza de Carlito y dándole una palmadas en el hombro se marcho en silencio por la calle principal del pueblo.

A partir de aquel día todos los habitantes del pueblo notaron un gran cambio en la conducta siempre agresiva de Carlito, se volvió un niño educado y muy respetuoso, no siguió peleando con sus compañeros del colegio y todas las tardes se dirigía a la plaza del pueblo y se sentaba a entonar bellas canciones con una flauta de madera que por cierto le había regalado el anciano antes de marcharse. Por todos aquellos pueblos comenzó a crecer la fama del anciano de la flauta, pero nadie sabia su nombre ni el lugar donde vivía.

Un año después sucedió una tragedia en el pueblo de Garcelo, una familia muy apreciada sufrió un accidente en el vehiculo donde viajaban y la niña Lucia Sarmiento quedo con ambas piernas fracturadas. Los padres de la niña hicieron todo lo humanamente posible para que la pequeña volviera a caminar pero los médicos no pudieron hacer nada y la niña quedo en una silla de ruedas y a partir de ese momento no quiso volver a hablar. Pero su triste destino pronto cambiaria, cierta tarde un anciano se presento en la plaza del pueblo y estuvo por largo rato entonando alegres melodías, muchas personas se acercaron a saludarlo y quisieron hablar con el, pero solo obtuvieron a cambio una hermosa sonrisa y la mirada alegre de unos ojos azul profundo. Transcurrida casi una hora, el anciano dejo de tocar y levantándose del banco de madera guardo la flauta, agarro el saco y se marcho hacia una de las calles del pueblo, muchas personas lo siguieron a cierta distancia. De pronto el anciano se detuvo frente a la casa de la familia Sarmiento, se acerco a la puerta de madera y toco tres veces, un señor con lagrimas en los ojos le abrió la puerta y le dijo que pasara adelante, el anciano pregunto por la niña y los padres inmediatamente la trajeron a su presencia, luego el anciano se inclino y la beso en la frente seguidamente saco la flauta y comenzó a entonar bellas canciones mientras la niña sonreía muy alegre, por largo rato el anciano continuo tocando la flauta, después agarro el saco y metiendo la mano extrajo una fina cinta de colores y la coloco sobre la cabeza de la niña. Agradecidos por aquel gesto, los padres de Lucia, le ofrecieron comida y posada, pero el anciano respondió que debía partir de inmediato ya que lo esperaban en un pueblo cercano, el señor Carlos Sarmiento se ofreció a llevarlo en su vehiculo pero el anciano con una gran sonrisa le respondió que no se preocupara, que su destino era caminar día y noche y que tuviera mucha fe, ya que a partir de algunos días la niña mejoraría notablemente. El anciano se marcho del pueblo y justamente al tercer día la niña Lucia volvió a hablar y comenzó a tocar una pequeña flauta de madera que el anciano le había regalado antes de marcharse.
Cuenta la historia que transcurrido un mes la niña se levanto de la silla de ruedas, ante el asombro de sus padres y de muchos de los habitantes del pueblo. Agradecido por aquel milagro el padre de Lucia recorrió varios pueblos en busca del anciano de la flauta, pero no logro encontrarlo, cierta noche Don Carlos Sarmiento tuvo un sueño en donde se le apareció el anciano y le aconsejo que dejara de buscarlo y que agradeciera a dios por aquel milagro, que quisiera y cuidara mucho a su hija y la acompañara a la plaza a tocar la flauta de vez en cuando.
Pasaron los meses y un día sucedió un hecho muy notorio en el pueblo de Canturbio, un campesino tenia una hacienda en la cual vivía con su pequeño hijo de ocho años de edad, la madre del pequeño había muerto hace unos años atrás y desde entonces el hombre se había entregado al licor y continuamente descuidaba al niño al punto de que muchas veces el pequeño tenia que dormir solo en la casa. Unos vecinos que sabían de la situación de vez en cuando visitaban al niño, le llevaban comida y le hacían compañía, una noche el campesino tomo demasiado licor y en un arrebato de rabia y locura prendió accidentalmente fuego a la hacienda mientras el niño sin saber nada dormía tranquilamente en una de las habitaciones, las llamas pronto consumieron la madera de la casa principal, al percatarse los vecinos de la situación corrieron a salvar al niño y lograron sacarlo de la habitación con algunas quemaduras leves pero al infortunado campesino no lograron salvarlo y murió quemado. El niño fue llevado al medico y luego paso la noche con los vecinos. Transcurridos unos días el niño mejoro y regreso a la hacienda, solo vio desolación y escombros, sentándose en un banco de madera el pequeño comenzó a llorar, en ese momento sintió una mano sobre su hombro, al voltear la mirada observo a un anciano quien parado a su lado lo veía y sonreía alegremente, luego aquel anciano se sentó en un tronco y comenzó a entonar bellas melodías, fueron tantas las canciones que el niño se quedo dormido, al despertarse noto que tenia colocada sobre su cabeza una cinta de colores y al registrar sus bolsillos encontró una pequeña flauta de madera. A partir de aquel día, la suerte del niño cambio notablemente unos familiares que se enteraron de la situación llegaron a buscarlo de un pueblo cercano, el niño se marcho, pero nunca llegaron a vender la hacienda, cuentan los vecinos que aquel niño creció y siendo ya un adolescente de ves en cuando regresa a aquellas tierras y pasa largas horas tocando la flauta sobre un tronco de madera.


……..Fin…….

Autor: Manuel Ibarra
docente,historiador, poeta y escritor Venezolano


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