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CUENTOS CIENCIA-FICCIóN
CUENTO NOSOTROS LOS INVASORES (por Juan Alejo Y)
Hoy nos lanzaron a aquel azul planeta, Dios, cuanto miedo tengo, veo por mi visor que la artillería enemiga está destruyendo a muchos amigos míos. Mis sensores indican que debo poner los frenos. Al fin llegué, establezco comunicación con mi sección solo me quedan cincuenta y tres hombres de los ochenta que conformaban mi sección.
Pongo en marcha a mi sección, debemos tomar esa extraña construcción que domina todo ese extraño valle, mi traje de combate evita mi cansancio, pese a pesar media tonelada su sistema anti gravitacional lo hace ligero como cualquier vestimenta. La sección del mayor Gonzales están avanzando sobre la colina, los Druggs los están exterminando. Ese zoquete está llevando a la muerte a sus hombres con un ataque frontal. Ordeno al capitán Trevor avanzar sobre un peñasco que le dará cierta cobertura, Dioses, veo como pierde tres hombres, el rayo los partió en dos, nuestra coraza no nos protege y solo nos sirve el armamento de un lanzagranadas y una ametralladora de 20 milímetros de mil rondas. Sin esperar mis órdenes, el mayor se lanza adelante con sus hombres sobre el muro de esa especie de fortaleza, llega allí solo con doce hombres y deja atrás tendidos a quince. Bien, ahora me toca a mí, debo dar ejemplo. Ordeno a gritos a Trevor que perfore la pared de la fortaleza. Dos potentes explosiones abren un boquete en ella, entro con mis hombres. Avanzamos en medio de estallidos, gritos, maldiciones y llantos de dolor. Caigo sobre el suelo, miro y con sobresalto veo las vísceras de varios de mis muchachos. Llamo a gritos al sargento Furriel y ordeno que emplee el lanzallamas. Volteo a mi derecha justo para ver como se vaporiza Gonzales. Entramos al fin a la central de mando de los Druggs. Estos no dan ni piden tregua. Total, nuestras ordenes son no tomar prisioneros, necesitamos su planeta o desaparecemos como raza. Al fin, la victoria es nuestra, la fortaleza a sido tomada, yo perdí cincuenta y tres hombres , el finado Gonzales perdió cuarenta y tres. Si no lo hubiesen matado lo habría asesinado yo, su ruindad por obtener un ascenso había dejado al descubierto a mis hombre por lo que había perdido a más de la mitad de mi sección. Está guerra lleva durando más de quince años y todavía tiene para largo. Sé que no llegaré a ver la victoria final y solo pienso que los Druggs morirán defendiendo su planeta de nosotros los Invasores. Sí me preguntan del porqué peleo, la respuesta es cara, si no lo hago, si no ganamos, desaparecerá la raza humana, lo hago por mis hijos. La tierra agoniza, por ello no importa si perdemos cinco o diez millones de soldados, nuestra supervivencia depende del exterminio de los Druggs.


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