Hola amigos lectores me llamo Aurelio, tengo veintiseis años, soy de baja estatura, morocho de ojos oscuros adornados con pestañas bien largotas; las mujeres se enloquecen cuando me las ven. Vivo en la provincia de Mendoza en el departamento de Godoy Cruz, en ciudad, en un departamento que contiene: una cocina,un dormitorio, el baño y la sala. Laburo en una tienda de ropa que queda a ocho cuadras de casa. Mi trabajo es atender al cliente, mostrarles las prendas, hacer alguna sugerencia y ser simpático.
Hace tiempo tuve un despertador que ame un montón era uno esos que necesitaba cuerda para funcionar. Ustedes lectores se preguntaran como y por que aprecie a ese despertador, aqui les cuento la historia.
Lo compré en el dos mil siete a veinticinco pesos, su material era metálico dorado con dos piececitos flaquitos, en la parte de arriba tenia dos hongos enormes. La aguja chica y el minutero eran negras con dos puntitos verdes, la aguja grande era anaranjada y había una mas pequeña del mismo color que servia para que hora quería que sonara la alarma. Atrás era plateado, contaba con dos rueditas negras. Con una movía la aguja chica y con la otra la de la alarma. Del lado izquierdo estaba un redondel plateado que era la rueda de escape y a la derecha había una perilla blanca con el que ponía y frenaba el chillido del aparato. Sus números estaban escritos con símbolos negros, grandes y claros.
A este objeto no lo compré por su color ni por su forma ni tampoco por su precio sino por el sonido de la alarma. Cuando sonaba a las siete, hora en que me levantaba los días de semana, escuchaba lo siguiente:
Rompe todos mis esquemas
Cambia el rumbo de mi vida
Dueña de mi economía
pero vaya simpatía
Te regalo el universo
Y hasta un millón de versos
Yo por ti querida mía
Aguanto la tontería
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo entero
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo entero
Delere... yee... Delere....
Cuando escuchaba el tema de Luis Fonsi No te cambio por ninguna me levantaba cantando y bailando, en la ducha como no podía bailar subía mi voz, tomaba el café y seguía cantando,; agregándole el baile. Me gustaba tanto que la memorice para cantarla en la calle.
Que le pasa a este loco que va cantando y bailoteando decía la gente en la calle; a veces lo hacia mientras trabajaba. A mi jefe le daba vergüenza verme; pero nunca me llamo la atención por que Él me decía que mi labor era excelente, a los clientes les causaba gracia.
Salía a las tres cuando llegaba comía algo rapidito, ponía el llamador a las seis y me iba acostar. A esa hora despertaba escuchando la canción:
Rompe todos mis esquemas
Cambia el rumbo de mi vida
Dueña de mi economía
pero vaya simpatía
Te regalo el universo
Y hasta un millón de versos
Yo por ti querida mía
Aguanto la tontería
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo entero
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo entero
Delere... yee... Delere....
En la tarde ordenaba el departamento, salía de compras y me reunía con amigos a tomar algo. Llegaba a las diez, cenaba de lo había sobrado del medio día, ponía el despertador y me acostaba.
Los fines de semana, feriados y francos lo colocaba mas tarde; sin embargo el entusiasmo era el mismo. En esos días limpiaba todo el departamento, hacia las compras y miraba fútbol; A Boca y a Barcelona no me los perdía, a veces escuchaba a Independiente Rivadavia, mi equipo mendocino.
A las diez de la noche cenaba, después me bañaba y por último programaba el despertador para el otro día.
Lo cuide tres años, aún recuerdo como sucedió por eso ahora contare como pereció; aunque también aprendí algo muy importante.
Hice lo de siempre me eleve cantando y bailando, me duche, tome el café y me fuí. Llegue a casa, almorcé y me acosté hasta la seis.
Esa tarde recibí el llamado de un amigo, atendí.
Hola ¿quién es?
-Nahuel.
- He ¿ Como andas?
-Bien ¿Vos?
- Saliendo de la piltra.
A bueno. Te llamaba para invitarte a un asado a la noche ¿ Podes?
-Si
- Bueno venite a las ocho.
-Dale nos vemos y colgué.
A las ocho llegue la casa de mi amigo, conmigo éramos seis cinco hombres y una mujer muy bonita. Mientras se hacia el asado hablábamos para pasar el tiempo.
Nos sentamos a comer a las once. Comimos carne asada, chorizos, morcillas y chinchulines; con ensalada de papas y ensalada de lechuga y tomate. Alas doce y media me bajo sueño entonces dije.
- Chicos me voy.
- No quédate un rato mas y jugamos un sexto.
- No mejor no, mañana tengo que trabajar.
- Dale Aurelio, insistieron.
Bueno.
No recuerdo cuantas manos jugamos ni tampoco cuantas partidas gané o perdí, el tiempo voló y el cansancio empezó a notarse cada vez mas.
- ¿ Que horas es?
-Las tres menos diez contesto uno.
-Uh me voy se ha hecho tardísimo.
- Tienes razón ya es tarde.
Chau, Nahuel, chau chicos.
El sueño era tan grande que quería llegar a casa a descansar. Cuando estaba cerca de la puerta me costo introducir la llave en el hueco de la abertura, después de varios intentos la introduje, abrí, cerré, seguí hasta el dormitorio; me desvestí y con las úlimas fuerzas puse el avisador y quede planchado.
Al otro día sonó
Rompe todos mis esquemas
Cambia el rumbo de mi vida
Dueña de mi economía
pero vaya simpatía
Te regalo el universo
Y hasta un millón de versos
Yo por ti querida mía
Aguanto la tontería
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo entero
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo enter...... CRACK.
Hubo un silencio atroz en la habitación, abrí los orificios me eleve y allí lo vi hecho añicos.
No, no, no ,no ,no ¡Que hice¡ Salí de la cama muy enojado, pateé la mesa de lux y dije. Esto no hubiera pasado si ayer no me hubiera quedado hasta tarde, después me calme y pensé. Voy a buscar las piezas para unirlas con un pegamento de contacto; sin embargo mis esfuerzos por repararlo fueron inútiles.
Ese día no me bañé, no canté ni bailé; solo tomé el café. En el camino pensaba voy a pedirle permiso al jefe para que me deje salir mas temprano para ir a comprar un despertador; no obstante descarté esa idea por que era una locura.
A las tres salí del trabajo y me fui a un restaurante que estaba a pocos kilómetros del comercio, llegué y me coloque en la primera mesa cerca de la puerta. A la derecha tenia una ventana marrón enorme, gire y observé una plaza; volví a la posición anterior y adelante mío había una pared roja que tenia un reloj dorado con números negros y con agujas verdes que me hizo acordar al reloj que tire esta mañana por accidente.
Se acerco alguien y dijo.
- Hola buen día señor. ¿ Qué va a pedir?
Lo mire. Él vestía una camisa blanca elegante, pantalones y zapatos negros, en su cuello llevaba un moño rojo; físicamente era alguien alto, apuesto, de cabello rubio y de ojos celestes.
- Si. Quiero arroz con pollo, de beber vino y de postre un flan de dulce de leche.
- Bien señor.
El mozo trajo el pedido y se fue. vi el reloj que marcaba las tres y media y empecé a comer, termine a las cuatro menos diez.
- Joven venga por favor.
- Si.
- Por favor un café.
-Ya se lo traigo.
Me lo acerco a las cuatro y diez, lo iba tomando, he iba observando la hora. Acabe a las cuatro y veinte: aun faltaba una hora y diez; para que los comercios abrieran.
- Muchacho.
- Si señor.
- Tráeme otro café y una torta de chocolate.
- Muy bien.
El joven me lo llevo a las cuatro y treinta y cinco, acabe la torta y el café luego percibí que el reloj señalaba las menos cinco.
La cuenta.
Se dirigió a mí y dijo.
Ochenta y cinco pesos.
Saque la billetera, pagué y me puse de pie.
-Gracias que le vaya bien.
-Adiós muchas gracias por todo y me marche.
Anduve por todas las relojerías preguntando si tenían despertadores con cuya alarma se escuchará la canción ‘No te cambio por ninguna’ de Luis Fonsi, es más, se la cantaba a los comerciantes.
Rompe todos mis esquemas
Cambia el rumbo de mi vida
Dueña de mi economía
pero vaya simpatía
Te regalo el universo
Y hasta un millón de versos
Yo por ti querida mía
Aguanto la tontería
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo entero
Y no te cambio por ninguna
Eres todo lo que quiero
Ni siquiera por la luna
Que se queje el mundo entero
Delere... yee... Delere....
Pero las respuestas de ellos fueron negativas. Averigüe en los supermercados y en los minimarkets; pero no lo encontré.
Me dolían las piernas de tanto caminar y ya me había dado por vencido cuando en el camino me cruce con alguien alto, barbudo, de cabello corto y oscuro.
-Hey Aurelio. ¿ Como andas?
Como estaba oscuro no lo reconocí, me paré
- ¿Quién sos?
- Gonzalo.
A gonza ¿ Como andas?
- Bien ¿ Qué andas haciendo en la calle tan tarde?
- Es que estuve buscando un despertador, por que esta mañana por accidente lo rompí.
- ¿Por un despertador?
- Si. Es que el que tenía era especial.
- ¿Que tenia de especial?
- Su alarma. Es que cuando sonaba se escuchaba el tema “No te cambio por ninguna” de Luis Fonsi , cada vez que me levantaba lo hacia cantando y bailando; pero ahora que se me ha roto no voy a poder cantar, bailar ni escuchar ese tema cada vez que me levante.
- Pero déjate de joder con el despertador, cómprate un celular.
- ¿Un celular?
- Si. No te encierres en una sola cosa ,mira otras opciones. Cómprate el celular, vas a un ciber y bajas el tema que quieras por internet.
- Tienes razón. Me empecine tanto con ese objeto que no tuve en cuenta otras posibilidades, mañana mismo me compro el celular, luego voy al ciber y lo voy a bajar. Gracias por aconsejarme hermano personal.
- No fue nada hermano personal.
- Nos vemos.
- Dale.
Nos despedimos con un fuerte abrazo.
Puedo decir que termine mi día contento; por que aprendí una lección muy valiosa.
Flacovich