Una vejiga, una paja y un calzón de líber se reunieron y decidieron
irse a recorrer el mundo para conocer gente y hacerse célebres. Llegaron a la orilla de un arroyito y se detuvieron indecisos no encontrando el modo de atravesarlo.
Entonces el Calzón de líber dijo a la Vejiga:
-Oye, Vejiga, tú puedes muy bien servirnos de barca.
Pero la Vejiga repuso:
-No, Calzón de líber; eso no me conviene. Mejor será que la Paja se
tienda de una orilla a otra y nosotros podremos pasar por encima como si fuese por un puente.
Aceptaron los tres esta proposición y la Paja se tendió de una orilla
a otra.
El Calzón de líber quiso pasar por encima de ella, y con gran
dificultad llegó al centro del arroyo; pero entonces la Paja, no pudiendo resistir el peso, se quebró, y el Calzón cayó al arroyo y se ahogó.
Al ver esto le dio a la Vejiga tal acceso de risa que se puso a reír
a carcajadas hasta que reventó.
Así acabó el viaje de los tres amigos.