Pues señor: una mañana de verano la señora Picoreta picoteaba los granos de una rama de guisantes, cuando una vaina le cayó en la cola con tanta fuerza que ella se creyó que el cielo se estaba cayendo. Entonces pensó que debía avisar al rey de lo que ocurría, y saltando, saltando, saltando fue hasta que se encontró con el gallo Cantaclaro.
-¿Adónde va, Picoreta?
-¡Ay, gallito Cantaclaro,
el cielo se va a caer
y el rey lo debe saber!
¡Voy a decírselo al rey!
-Y yo voy también- dijo el gallito Cantaclaro. Y allá van los dos, saltando, saltando, saltando, Picoreta y Cantaclaro, hasta que encontraron al pato Clopinante.
-¿Adónde van, Picoreta y Cantaclaro?
-¡Ay, patito Clopinante,
el cielo se va a caer
y el rey lo debe saber!
¡Vamos a decírselo al rey!
-Pues yo voy también- dijo el patito Clopinante. Y allá van los tres, saltando, saltando, saltando, Picoreta, Cantaclaro y Clopinante, hasta que encontraron a Dandinesa, la oca gris.
-¿Adónde van, Picoreta , Cantaclaro y Clopinante?
-¡Ay, oquita Dandinesa,
el cielo se va a caer
y el rey lo debe saber!
¡Vamos a decírselo al rey!
-Pues yo voy también- dijo la oquita Dandinesa. Y allá van los cuatro, saltando, saltando, saltando, Picoreta, Cantaclaro, Clopinante y Dandinesa, hasta que encontraron al pavo Gluglú.
-¿Adónde van, Picoreta , Cantaclaro, Clopinante y Dandinesa?
-¡Ay, pavito Gluglú,
el cielo se va a caer
y el rey lo debe saber!
¡Vamos a decírselo al rey!
-Pues yo voy también- dijo el pavito Gluglú. Y allá van los cinco, saltando, saltando, saltando, Picoreta, Cantaclaro, Clopinante, Dandinesa y Gluglú, hasta que encontraron al compadre Zorro que les dijo:
-¿Adónde van, Picoreta , Cantaclaro, Clopinante, Dandinesa y Gluglú?
-¡Ay, compadre Zorro,
el cielo se va a caer
y el rey lo debe saber!
¡Vamos a decírselo al rey!
-Pues yo voy también que el camino sé.
-¡No compadre Zorro, queremos ir solos! -gritaron los cinco y levantaron el vuelo. Y allá van volando, volando, volando hasta el palacio del rey.
"Sal rey amado,
que el cielo se ha rajado,
mandadlo componer
si no se va a caer."
El rey les dio las gracias y les regaló una moneda de diez centavos a cada uno nuevecita, redonda y reluciente.