Una vez Dios se paseaba por el bosque, los árboles se balanceaban por el viento,
aves, rinocerontes, grillos, cigarras y todas las criaturas, todas, le manifestaban su personal saludo y respeto, unas silbaban, otras cantaban, algunas se arrodillaban y así cada cuál a su manera.
- Todos los animales y vegetales reconocen al Creador y lo saludan, ¿porqué algunas personas no lo hacen cuando lo ven? ¿ porqué no sale y les dice que lo miren ?, ¡ que El es Dios ! - preguntó la Lora.
- Aún cuando algunos ven sin mirar los árboles y escuchan sin oír las aves y los otros músicos, a Dios se le ve en sus obras - contestó la Jirafa
- ¿Y cómo se está al lado de El ?, preguntó la Lora
- Mire lo que vea y escuche lo que oiga, observe el bosque doña Lora ; los árboles se desarrollan de diferente forma y todos tienen diferente propósito, algunos producen flores amarillas, otros rojas, otros sirven de refugio a termitas, otros a carpinteros, otros proveen hojas secas para hacer que los mas pequeñitos animales en el piso hagan su habitación, varios son los caminos para estar con Dios, algunos lo recorren solos, otros acompañados, lo importante es, hacerlo como lo hacen los árboles del bosque, permitir a los demás crecer y respetar su ruta para llegar a El - respondió la jirafa.
- ¿ Podría usted perdonar mi tanto hablar señora Jirafa, pero quisiera pedirle una última cosa, dígame su opinión, cuál cree usted sea mi propósito ?
Papá Dios, que no había dicho nada, feliz sonrió y a sus amigas abrazó,
levantó la batuta, se inició el concierto de la tarde y la jirafa acompañada y la lora explicada y perdonada se sintió.
J.E.C.V.
Cúcuta, colombia