“En cierta ciudad había un juez que ni temía a Dios ni respetaba al hombre.
Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él diciendo: Hazme justicia contra mi adversario.
El no quiso por algún tiempo, pero después se dijo a sí mismo: Aunque ni temo a Dios ni respeto al hombre,
le haré justicia a esta viuda, porque no me deja de molestar; para que no venga continuamente a cansarme.”
Entonces dijo el Señor:
“Oíd lo que dice el juez injusto.
¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él de día y de noche? ¿Les hará esperar?
Os digo que los defenderá pronto. Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
Lección / Moraleja:
Por poner.