“Pero a vosotros los que oís, os digo:
- Amad a vuestros enemigos y haced bien a los que os aborrecen;
bendecid a los que os maldicen y orad por los que os maltratan.
Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica.
A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no se lo vuelvas a pedir.
“Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que los aman.
Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si dais prestado a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores dan prestado a los pecadores para recibir otro tanto.
“Más bien, amad a vuestros enemigos y haced bien y dad prestado sin esperar ningún provecho. Entonces vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y los perversos.
Sed misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Lección / Moraleja:
Amad a vuestros enemigos y haced bien y dad prestado sin esperar ningún provecho. Entonces vuestra recompensa será grande