Sentía una corneja celos contra los cuervos porque éstos dan presagios a los hombres, prediciéndoles el futuro, y por esta razón los toman como testigos. Quiso la corneja poseer las mismas cualidades.
Viendo pasar a unos viajeros se posó en un árbol, lanzándoles espantosos gritos. Al oír aquel estruendo, los viajeros retrocedieron espantados, excepto uno de ellos, que dijo a los demás:
- Eh, amigos, tranquilos; esa ave es solamente una corneja.
Sus gritos no son de presagios.
Lección / Moraleja:
Cuando vanidosamente y sin tener capacidades,
se quiere rivalizar con los más preparados,
no sólo no se les iguala, sino que además se queda en ridículo