Llevando un pobre viejo una carguilla de leña del monte a su casa, tropezando al acaso en una raíz de un árbol, dio consigo y con la carga en tierra, donde levantado, sentándose a par de su carga, comenzó a lamentar su miseria y trabajo y llamar a la muerte que viniese presto.
La muerte, acudiendo a sus voces y presentándose delante, le dijo cómo estaba allí presta para lo que de ella quisiese. Respondió el viejo entonces:
–Quería que me ayudase a cargar esta carguilla de leña que se me ha caído y no tengo quien me ayude.
Los hombres llaman a la muerte ausente
mas no la quieren ver cuando presente.
* Sebastián Mey (1613): Fabulario. Nueva Biblioteca de Autores Españoles, tomo XXI
Lección / Moraleja:
Los hombres llaman a la muerte ausente
mas no la quieren ver cuando presente.