Ante el Lobo una queja
el Ciervo presentó contra la Oveja:
pretendía sin firma y sin testigo
que le debía un celemín de trigo.
La Oveja aunque inocente,
viendo en el tribunal tal Presidente
no contradijo el hecho;
y juzgó el Lobo como en un barbecho:
se la mandó pagar, fijose el plazo
y la pobre salió de este embarazo.
Llegado el día, ejecutola el Ciervo;
pero como iba solo,
le respondió la Oveja: "ve protervo,
que mi promesa la arrancó tu dolo
y del juez mi enemigo la presencia;
de que nada te debo en mi conciencia,
voy tranquila y segura:
Sólo hace ley la fuerza mientras dura.
Lección / Moraleja:
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