Allá en cierta Hostería,
Porque Gatos no habia,
De Ratones estaba una Colonia
Con mas independencia,
Que si fueran Magnates de Polonia:
A los platos llegaba su licencia.
El dueño se mudó de alojamiento,
Y entró á ocupar la casa un avariento
Quien por guardar su mísera despensa,
Traxo de Gatos una tropa inmensa,
Que por primer cumplido de mudanza
A quatro sepultaron en la panza:
Apenas divisó la bigotera
De tanta béstia fiera,
Don Roepan prudente,
El capataz de la Ratona gente,
Por evitar su daño
Al punto se escapó, y entró Ermitaño
En un Queso de Holanda,
Y en tal retiro continuó su vida
Entre tanto que anda
La mísera Colonia perseguida
Sufriendo. duro trato
De la garra feróz de tanto Gato.
Al cabo esta familia desdichada
Le envia una Embaxada
A implorar su asistencia:
Presentaronsele con reverencia,
Trayendo á su memoria las hazañas
Que hicieron tan famosas sus Campañas
En Despensa y Cocina,
Por las que el Pueblo al mando le destina.
Oyó nuestro Holandés con grave flema
La relacion de angustia tan extrema.
Y respondió : Hijos mios,
Ya están desalentados estos brios,
Me siento ya muy viejo,
No tengo mas que huesos y pellejo,
Es grande mi flaqueza,
No está para negocios mi cabeza:
Goberné vuestras cosas mientras pude,
De nada sirvo ya, Dios os ayude.
Dixo, y cerró la puerta,
Y se quedaron con la boca abierta.
Este es vuestro retrato, hombres loqxiaces,
Que os haceis en los pueblos capataces,
Con una autoridad mas que importuna,
Quando van los negocios con fortuna;
Pero quando ésta pasa
Y viene la miseria , os vais de casa.
Lección / Moraleja:
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