Pixi el duendecito
come caramelos
hechos con el dulce
néctar de las flores.
Duerme en el capullo
que un gentil gusano
tejió con la seda
tibia del verano.
Como todo duende
hace travesuras :
esconde botones
monedas y anillos…
Del dedo de un guante
sombrero de lana,
calzas amarillas
chaleco de pana.
Con verdes hojitas
y pétalos suaves,
confecciona el duende
toda su ropita.
Y sale de noche
a pasear canciones
que guarda en un libro
con letras lunares.
Si no come torta,
Pixi no se duerme;
torta de frutilla
con crema de nieve.
Si no bebe leche,
Pixi no se duerme;
leche de cabritas
libres y felices.
Camina de noche
bajo las estrellas,
con su carretilla
repleta de flores.
Señor de los bosques,
elfo silencioso,
que brillas y corres
por entre los árboles…
Yo quiero alcanzarte,
tocar tu sombrero,
tomarte en mis brazos,
cantarte un coplero.
Y luego llevarte
en tu carretilla,
para que charlemos
de cosas sencillas.
Y a vos te sugiero :
si quieres hallarlo,
búscalo en la tierna
gramilla nocturna,
o bajo un impacto
directo de luna.