Dardos de tu enojo llegan hasta mi,
me hieren profundamente el alma
y mi esencia en su dolor tu pasión extraña
y tu amor que a mi amor hace feliz
cuando de alegría ríes y cantas
y me abrazas tierna y enamorada
y enciendes cual hoguera la llama
de mi vida por ti ilusionada,
me hiere tu inconsciente frialdad
y en mi corazón cupido insiste
porque no sabe que haces con el amor
que alegre un día me diste,
ya no me abrazas, no me besas
y con tu cruel enojo me embiste.