Oh perfecto presente del pasado,
vida de tanto amado ausente y muerto,
que poblando aquel fúnebre desierto
burlas del tiempo el hierro despiadado!
En mi hoy, más prosaico y desolado
que el muerto ayer, me ofreces más de un puerto
do a buscar vuelvo en mi soñar despierto
un asilo poético y sagrado:
un temple a cuya entrada unjo con llanto
el corazón, y en otro mundo, el eco
de inolvidables voces, oro y canto.
¿Será tal fruición juego, embeleso
y no fiel prenda, misterioso rito,
aurora boreal de lo infinito?