Por el ojo de la aguja
veo ciertas maravillas:
del panal vuelan ardillas,
cabe el sol en la burbuja.
Los enanos juguetones
con la Luna en las narices
roban hojas y raíces
para hacerse pantalones.
Sale el mar sobre los barcos,
de las nubes caen peces,
cae el cielo siete veces
hasta el fondo de los charcos.
Pasa el viento en bicicleta,
derribando al búho tieso,
repartiendo –beso a beso–
el azar de la veleta.