A la orilla de un pozo
sobre la fresca hierba,
un incauto mancebo
dormía a pierna suelta.
Gritole la Fortuna:
«Insensato, despierta;
¿no ves que ahogarte puedes,
a poco que te muevas?
Por ti y otros canallas
a veces me motejan
los unos de inconstante,
y los otros de adversa.
Reveses de Fortuna
llamáis a las miserias.
¿Por qué, si son reveses
de la conducta necia?
Lección / Moraleja:
Son muchas las veces en que se maldice la mala suertefortuna) qu enos ha deparado el destino, cuando en realidad el verdadero culpable no es más que nuestra Inconmesurable necedad.