Cuando las tinieblas cubrían la Tierra, una muchacha era visitada por la noche por alguien cuya identidad no podía descubrir.
Determinó averiguar quien pudiera ser. Mezcló un poco de hollín con aceite y se pintó el pecho con ello. La próxima vez descubrió, horrorizada, que su hermano tenía un círculo negro de hollín en torno a la boca. Le reprendió y él lo negó.
El padre y la madre se enfadaron mucho y les regañaron a ambos con tanta severidad que el hijo huyó de su presencia. La hija cogió un tizón del fuego y le persiguió.
El corrió hacia el Cielo para escapar de ella, pero ella voló en pos de él.
El hombre se transformó en la Luna, y la muchacha que llevaba la antorcha se convirtió en el Sol. Las chispas que saltaron del tizón se convirtieron en las Estrellas. El Sol continuamente persigue a la Luna, que se oculta en la oscuridad para evitar ser descubierta.
Cuando se produce un eclipse, se cree que ambos se encuentran.
Anningan continuamente persigue a su hermana, Malina, la diosa del Sol, por todo el cielo. Durante esta persecución, se le olvida comer, y se pone flaco.
Esto simboliza las fases de la luna, particularmente la creciente. Para saciar su hambre el desaparece por tres días cada mes (luna nueva) para comer, y luego regresa lleno (gibbous) para comenzar a perseguir a su hermana otra vez. Malina quiere mantenerse alejada de su hermano malo. Por eso salen y se ponen a diferentes horas.
La mascara representa al espirtu de la Luna.
Lección / Moraleja:
Mito esquimal sobre el origen del Sol, la Luna y las Estrellas.