Un hombre con dificultades en sus negocios hizo una promesa en el templo de que, si se arreglaban todos sus asuntos, vendería su casa y entregaría el dinero resultante a los pobres. Meses después su situación económica se solucionó. Acordándose de la promesa. colocó en la puerta de su casa un cartel que decía:
«Se vende casa con gato incluido».
Unos interesados preguntaron por el precio.
-La casa cuesta cinco monedas y el gato diez mil, pero no se venden separadamente -contestó el negociante.
Aquellas personas aceptaron la extraña propuesta y, puesto que les interesaba la casa, pagaron las diez mil cinco monedas. Cuando aquel hombre recibió el dinero, dio a los pobres las cinco monedas de la casa y se quedó para él las diez mil de la venta del gato.
Lección / Moraleja:
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por mucho que con astucia intentes engañar a la conciencia,sabes que las promesas hay que cumplirlas honestamente, no empleando subterfugios,
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