Un discípulo cayó gravemente enfermo y solicitó a su maestro que lo curase, puesto que además era un médico excepcional capaz de hacer desaparecer cualquier mal. Oída la demanda, el maestro se negó radicalmente a curar al discípulo.
Tiempo después, el discípulo sanó por sus propios medios, pero quedó inmensamente dolido por la conducta de su maestro, al que abandonó.
Un día decidió visitar a un hombre iluminado al que narró el episodio de su enfermedad y la negativa del maestro a curarlo.
Aquel hombre le dijo:
- Te equivocas grandemente, tu maestro actuó con la más alta generosidad.
-¿Cómo puede ser? ¡Él se negó a ayudarme cuando estaba a punto de morir!
-No fue así, él evitó que dejaras de experimentar por ti mismo lo que significa estar suspendido entre la vida y la muerte.