Cerca de una encajera
vivía un fabricante de galones.
«Vecina, ¡quién creyera
(la dijo) que valiesen más doblones
de tu encaje tres varas
que diez de un galón de oro de dos
caras!»,
«De que a tu mercancía
(esto es lo que ella respondió al
vecino)
tanto exceda la mía,
aunque en oro trabajas, y yo en lino,
no debes admirarte;
pues más que la materia vale el arte.»
Quien desprecie el estilo
y diga que a las cosas sólo atiende,
advierta que si el hilo
más que el noble metal caro se vende,
también da la elegancia
su principal valor a la sustancia.
No basta que sea buena la materia de un escrito, es menester que
también lo sea el modo de tratarla.
Lección / Moraleja:
No basta que sea buena la materia de un escrito, es menester que
también lo sea el modo de tratarla.