Para pasar el tiempo congregada
una tertulia de animales varios
(que también entre brutos hay tertulias)
mil especies en ella se tocaron.
Hablose allí de las diversas prendas (5)
de que cada animal está dotado.
Éste a la hormiga alaba, aquél al perro,
quién a la abeja, quién al papagayo.
«No (dijo el avestruz): en mi dictamen
no hay mejor animal que el dromedario. (10)
El dromedario dijo: «Yo confieso
que sólo el avestruz es de mi agrado.»
Ninguno adivinó por qué motivo
ambos tenían gusto tan extraño.
«¿Será porque los dos abultan mucho? (15)
¿O por tener los dos los cuellos largos?
¿O porque el avestruz es algo simple,
y no muy advertido el dromedario?
¿O bien porque son feos uno y otro?
¿O porque tienen en el pecho un callo? (20)
O puede ser también...» «No es nada de eso,
(la zorra interrumpió): aya di en el caso.
¿Sabéis por qué motivo el uno al otro
tanto se alaban? Porque son paisanos.»
En efecto, ambos eran berberiscos; (25)
y no fue juicio, no, tan temerario
el de la zorra, que no pueda hacerse
tal vez igual de algunos literatos.
Lección / Moraleja:
También en la literatura suele dominar el espíritu de paisanaje.