Pasando por un pueblo
de la montaña
dos caballeros mozos
buscan posada...
De dos vecinos
reciben mil ofertas
los dos amigos.
Porque a ninguna quieren
hacer desaire,
en casa de uno y otro
van a hospedarse.
De ambas mansiones
cada huésped la suya
a gusto escoge.
La que el uno prefiere,
tiene un gran patio,
con su gran frontispicio
como un palacio.
Sobre la puerta
su escudo de armas tiene
hecho de piedra.
La del otro, a la vista,
no era tan grande:
mas dentro no faltaba
donde alojarse;
como que había
piezas de muy buen temple,
claras y limpias.
Pero el otro palacio
del frontispicio
era, además de estrecho,
oscuro y frío;
mucha portada:
y por dentro desvanes
a teja vana.
El que allí pasó un día
mal hospedado,
contaba al compañero
el fuerte chasco;
pero él le dijo:
«Otros chascos como ese
dan muchos libros.»
Lección / Moraleja:
Las portadas ostentosas de los libros engañan mucho.