Cierta vez un león, quería iniciar una guerra en territorios vecinos, con la idea de extender sus dominios. Por lo cual necesitaba armar un ejercito poderoso, así que mando a buscar y reclutar todos los animales que vivían en su reino.
Una vez que estaban todos reunidos ante él, a cada uno le asigno un puesto de acuerdo con su naturaleza. El elefante se encargaría de transportar todas las armas, sobre su ancho y fuerte lomo; el oso fue elegido para ir al frente del escuadrón; el zorro se encargaría de los negocios diplomáticos; el leopardo entraría por la retaguardia para sorprender a los enemigos.
Cuando casi todos los animales, ya tenían sus misiones asignadas, se escucho una voz que decía:
-¡Recomiendo mi señor que los burros y las liebres no participen en la guerra! ¡El burro es torpe y la liebre es temerosa!
El león lo interrumpió diciendo:
-¡Te equivocas! voy a darles un lugar en mi ejercito, ya que si no estaría incompleto. -"El burro asustara a los enemigos, con sus rebuznos, y la liebre, sera el correo"-.
Lección / Moraleja:
Hasta una falla es virtud cuando es bien utilizada.