Cierto día un ratón de la ciudad, invitó a comer a su amigo, un ratón del campo. Cuando el del campo llegó estaba el banquete servido, de forma muy elegante y con mucha categoría.
La comida resultó excelente, un real festín. Pero la reunión no terminó bien. Escucharon ruidos en la puerta y el ratón de ciudad salió corriendo rápidamente del lugar; por lo cual el ratón de campo hizo lo mismo y salió tras el anterior disparando.
Cuando el ruido terminó, volvieron los dos ratones:
- “Terminemos con estas exquisiteces, dijo el ratón de ciudad.
-¡Yo me retiro! dijo el ratón de campo. ¡Buen provecho te hagan tus regios banquetes! no los envidio. Mi pobre alimento como con tranquilidad, sin que nadie me inquiete. ¡Adiós!
Placeres con inquietud poco valen.”
Lección / Moraleja:
Placeres con inquietud poco valen.