El mono y el leopardo trabajaban en un circo, cada uno a su manera trataba de atraer a la concurrencia y así conseguir la mayor cantidad de monedas diarias, que le aseguraban una ración importante de comida.
-¡Señoras y señores, hermoso publico! - decía el leopardo - ¡pasen y vean, que bella piel que tengo, armónica en forma y colores, admiren mis delicadas manchas, mis perfectas lineas, es algo nunca visto!.
El público, pasaba y miraba unos segundos pero seguía su camino, sin sentirse muy atraído por el animal.
Por otro lado, el mono decía:
- ¡ Señoras y señores, los invito a ver algo realmente único, bailo, canto, hablo, entiendo su idioma, juego con pelotas y aros; hago muchas cosas divertidas!-¡ la diversidad de la piel del leopardo yo la poseo en mi imaginación, que es inagotable!-¡y si no se divierten lo suficiente les regresare su dinero!.
Al público le resultaba imposible evadir, una invitación tan prometedora, así que el mono gracias a su inventiva conseguía todos los días muchas monedas.
Lección / Moraleja:
¡Cuantas personas, iguales al leopardo, no poseen mas talentos que sus vestiduras!