Un día el rey león cayo enfermo y su médico, que era una búho, le recomendó hacer reposo durante un tiempo. El león decidió entonces que como iba a permanecer mucho tiempo inactivo, solo y aburrido, que vinieran a visitarlo un animal de cada especie. Se aclaró que se otorgaba total inmunidad contra las garras del león, y que ningún invitado sería atacado.
Así que todos los animales, eligieron un embajador y lo enviaron. Los zorros estaban eligiendo a ver quien sería el elegido, cuando uno de ellos interrumpió la charla y dijo:
-¡Vengo de recorrer las inmediaciones de la cueva del león, y he podido ver que las huellas de quienes fueron a visitarlo, están todas en dirección a la entrada!, pero ninguna en dirección opuesta. Creo que este dato por si solo, debe inspirarnos recelo, ya que a pesar de las promesas de inmunidad, es fácil ver como se entra en la casa del león, pero imposible saber como se sale.
Lección / Moraleja:
En promesas no creas de ávidos malvados,
su condición no cambia, ni enfermos ni postrados.